La confianza y la comunicación son fundamentales para trabajar en colaboración

Qué potencia tiene mirar lo humano como caminos, como procesos y centrarse en el resultado. Nos perdemos tanto de lo que podemos aprender en la convivencia con los demás, sin ver que podemos hacer mucho más que si lo hacemos solos. ¿Por qué no entonces comenzar a desarrollar la colaboración? Lo interesante es que debe surgir de manera espontánea, al sentirnos parte de un proyecto común, comunicarnos y sentirnos responsables de que resulte lo que evoque ese proyecto. Si bien es cierto, no todos haremos todo (por formación, motivación o experiencia), sí todos nos encontramos realizando roles en pos de un proyecto común.

¿Cómo se logra la colaboración?

Para Clara Acuña, colaboradora de Deneb Consultores, “necesariamente involucra un cambio de psiquis: pasar de la competencia a la colaboración. Abandonar lo individual y pensar en colectivo. Que me importe lo que hago y las consecuencias que genero con mi vivir para mí, para el resto y para mi entorno. Al vivirnos los unos a los otros como iguales en términos humanos, aparece la colaboración, el deseo de hacer las cosas juntos, resolverlas entre todos. El espacio emocional que se genera del convivir juntos es la colaboración y lo logramos conversando. Conversar viene del latín conversari, que significa “vivir, dar vueltas, en compañía” y esto es una tremenda invitación, ya que no vivimos solos, vivimos con otros y compartimos un nicho por lo cual, lo que hagamos (o no hagamos), genera impactos sistémicos en cada uno”.

¿Y cómo se vive en Cygnus?

Desde hace algunos años se ha comenzado a vivir un proceso de transformación cultural en Cygnus, donde la conversación ha sido un elemento fundamental para ir transitando en esta transformación, enfocada en incorporar nuevas formas de convivencia en nuestras vidas, sociedades y organizaciones. Buscando relacionarse de manera diferente, viviendo inmersos en una cultura colaborativa e inclusiva, centrada en las personas y con un enfoque permanente en nuestros clientes.

Conversamos con Natalia Bernal, colaboradora de Cygnus, quien nos comenta como ha vivido esta transformación y la colaboración en su hacer “estamos poniendo al servicio de las diferentes cuentas conocimientos, experiencia y tiempo de cada integrante del equipo para propiciar cambios y mejoras en algunas áreas según la cuenta. Lo primero que hemos hecho es cambiar con la gente, con la operación, y sus miembros y con el cliente que son los tres ejes fundamentales del negocio: nuestros colaboradores, el trabajo mismo que hacemos, y el cliente a quien debemos nuestra existencia como agencia. Lo interesante es que lo que hemos construido ha sido levantado en conjunto y en base a la confianza. Con esta mirada, hemos realizado desde una evaluación formativa hasta cambios en el proceso de selección, planes de entrenamiento, mejoras en el uso de aplicaciones entre otros”.

La invitación es a tomar este camino “alternativo” al de las organizaciones tradicionales inspiradas en culturas individualistas, competitivas y orientadas al éxito de algunos pocos, donde aprendamos a vivir en armonía, sin competir y donde cada uno pueda aparecer y vivir espontáneamente con el resto desde la colaboración. Por esto, quizás sea momento de mirarnos y ver dónde estoy (estamos) en el mundo que me muevo y genero. La invitación siempre será a reflexionar sobre nuestro vivir: ¿Quiero este vivir que genera lo que genero? ¿Cómo estoy conviviendo con mi entorno cercano (familia, amigos, trabajo)? ¿Qué estoy haciendo para colaborar a que mi mundo (por tanto, el mundo que vivo y conozco) sea un mundo mejor para mí y mi entorno cercano? Eso sí, no olvidemos la pregunta inicial: ¿Queremos convivir?